miércoles, 22 de octubre de 2014

Viajar en carro: Todas sus ventajas



Aunque la mayoría de las veces nos recomiendan utilizar el transporte público, en realidad viajar en carro es en sí mismo un verdadero placer, y a continuación te damos algunas de las claves de que esto sea así y no de otro modo.

Cada día más nos encontramos con propuestas que hacen que el viaje en vehículo particular sea una opción a evitar. Y es que el mundo de los viajeros está cambiando, y entre los precios de los boletos de avión, el aumento de los trenes de alta velocidad, y sobre todo las opciones de carro compartido o alquileres a particulares apostar por irse de escapada o vacaciones en el propio vehículo empieza a perder fuelle. Las razones de no hacerlo son bastante evidentes, y en todo caso los motivos económicos, de contaminación y el hecho de que no siempre compensan las horas que hay que pasar al volante para distancias largas junto con el cansancio del viaje pisan fuerte frente a las ventajas de acudir en un medio de transporte público.

Pese a que las desventajas de viajar en carro están ahí, creo que la tendencia es a olvidarnos las ventajas, que en el caso de algunos destinos siguen mereciendo la pena. Lo importante, tras leer lo que te vamos a contar a continuación como puntos positivos de decidirte por tu carro particular como medio de transporte para el viaje, es que eches la cuenta de lo positivo y de lo negativo de las opciones que existen, y que una vez lo hagas, descubras precisamente cuál es el que en cada caso te conviene, ya que tampoco está de más tener varias opciones bajo la manga.

Viajar en carro: todas sus ventajas

Tiempo: desde luego esto es una ventaja muy grande con respecto a cualquier medio de transporte público. No podemos controlar el retraso del autobús, ni tampoco la cancelación de un vuelo, o el hecho de no haber calculado bien el tiempo para llegar a la estación del tren. Sin embargo nuestro carro, siempre estará ahí, esperando por nosotros para que nos subamos y le llevemos, o nos lleve, a dónde más nos apetezca. Desde luego en escapadas o viajes muy cortos este factor se convierte en una prioridad.

Cambios de planes: cuando pasamos por delante de algo que nos llama la atención. Nos desviamos del itinerario previsto porque nos ha gustado el pueblo por el que acabamos de pasar o estamos pasando. O de repente nos apetecería tomar algo en esa pequeña ciudad, el carro es nuestro mejor aliado. Aunque en los medios de transporte público podemos hacerlo, en realidad perdemos el plan que llevábamos, ya que tocará de nuevo empezar a echar cuentas de los horarios y volver a re-organizarlo todo.

Imprevistos: aunque esperamos que nada ocurra y que todo vaya según lo previsto, en muchas ocasiones no podemos prever cosas que nos puedan pasar. Problemas en el hotel, reservas que no acabaron en el lugar justo, pérdidas de equipajes, o simplemente mal tiempo o obras en la ciudad hacen que el medio de transporte público, al menos tal y como lo habíamos organizado se convierta en otro problema más, en lugar de una solución. En estos casos el carro es también perfecto para resolverlo.

Libertad: si un día queremos quedarnos hasta más tarde en el hotel, o salir antes, el carro no supondrá un problema, mientras que el transporte público nos atará a un plan pre-establecido que si bien podemos cambiar nos resultará mucho más complejo.

Equipaje: mientras que el transporte público no podemos viajar con una gran cantidad de equipaje, precisamente por el hecho de que nos resulta particularmente incómodo, en el caso de nuestro carro particular el equipaje se convierte en el menor de los problemas, y perderlo no es una opción, ya que si lo hacemos será que hemos perdido también al vehículo.

Viajes con niños: a los peques el transporte público puede causarles estar más atentos a todo de lo normal, y mucho más inquietos. Mantenerlos tranquilos puede convertirse en una tarea complicada, y sobre todo, hacerlo requiere de un esfuerzo extra que acabará por ser otro inconveniente, ya que si has ido de vacaciones o de escapada a descansar y a disfrutar, este percance puede acabar por destrozar tus planes.

Viajes en familia: aunque el transporte público por lo general es más económico, si vamos varios en el mismo carro, el dinero puede dejar de ser un inconveniente. Depende del destino y del medio elegido comprar cuatro billetes puede salir mucho más caro que la suma de autopistas, peajes, gasolina y el propio desgaste del vehículo. Así que eso de que la opción del carro propio no es rentable económicamente puede ser una rotunda equivocación a según de en qué casos.

Y tu ¿eres de los que se ha dejado llevar por el boom del transporte público? ¿O sigues prefiriendo tu vehiculo a la hora de salir de vacaciones o de escapadas?

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