domingo, 25 de enero de 2015

Las delicias locales de Tulum


Además de un paraíso de playas con aguas transparentes en las que poder olvidarnos del frío invierno, Tulum ofrece una variedad culinaria digna de admirar y que seducirá a los viajeros de todas partes del globo.

Seguimos con nuestra cruzada contra el invierno, buscando esos destinos que nos alejen del frío y en el que poder disfrutar de unas Navidades de sol y playa. Y aunque no nos sea posible viajar hasta allí, por cuestiones económicas obvias, al menos la imaginación puede traernos unas buenas dosis de satisfacción por unos momentos.

En esta ocasión damos el salto a Tulum, un maravilloso pueblo de playa de México en el borde de la Riviera Maya, en el que además de paisajes preciosos y una costa repleta de sitios en los que sumergirse en cálidas aguas casi transparentes, tiene otro aliciente digno de remarcar: sus propuestas culinarias. Vamos pues a recomendaros algunos de los mejores establecimientos de Tulum para satisfacer nuestro apetito:

El Camello, Jr.

Este restaurante y mercado de pescado ocasional se asienta al lado de la carretera en la parte lejana de la ciudad. No aparenta gran cosa a primera vista (los viajeros que lleguen allí deben esperar sillas de plástico cubiertas de polvo y mesas quebradas), pero hay pocos lugares que ofrezcan una experiencia culinaria tan auténtica.

La oferta es muy variada: desde los tacos de pescado fresco a ceviches picantes y, uno de los platos estrella, guisado de pulpo tierno. El Camello sirve también mariscos frescos a precios escandalosamente tan razonables que estaría bien pedir casi todo el menú en una sola comida. También se puede recoger comida para llevar o encargar en la tienda adjunta las piezas más frescas de las capturas diarias para cocinar en casa.

Hartwood

Hartwood, propiedad de dos expatriados de Nueva York, ofrece una escena culinaria muy diferente a la de El Camello. Aquí, destaca tanto el apartado de los cócteles frescos y la elegante multitud que se congrega, hasta la excelente comida que se sirve.

Este restaurante al aire libre, en el lado de la selva donde transcurre la carretera que da a la playa, no cuenta con aparatos eléctricos para cocinar, sino solo un enorme horno de leña y parrilla abierta. El pescado que ofrece su carta es de un sabor exquisito, sobrepasando la calidad de cualquier lugar. El servicio, eso sí, puede ser lento, por lo que recomendamos venir acompañado para hacer más ameno el transcurso del tiempo. Aunque los margaritas y las buenas vibraciones que ahí se sienten hacen que la espera para una mesa sea intrascendente.

El Tábano

Otro favorito de los amantes de la comida, escondido en la selva, es El Tábano. El menú incluye los sabores mexicanos más tradicionales, a diferencia de lo que encontraríamos en el Hartwood, pero ambos son un paso más allá en la escala gourmet de los establecimientos de tortitas y guacamole de la zona. Camarones con mantequilla habanera, sopa fría de aguacate, y crepes locales trufados son algunos de sus platos estrella, aunque podríamos decir que todo está delicioso aquí.

Durante el día, es recomendable elegir una mesa bajo el techo de paja, junto a la cocina al aire libre. Por la noche, el patio extenso se convierte en un ambiente de lounge y es el lugar ideal para divertirse.

Mezzanine

La mayoría de los visitantes de Tulum no están buscando comida tailandesa. Pero para aquellos de pasan más de un par de días en la ciudad, el cambio de registro culinario puede ser muy agradecido.

Mezzanine se asienta sobre pilotes con vistas a un particularmente amplio tramo de la playa, lejos de la zona principal del hotel y cerca de las famosas ruinas de la zona. Sus platos más destacados, el curry brillante, bolas de masa hervida frescas y las ensaladas picantes saben aún mejor con una michelada fría, y sus vistas son espléndidas.

El restaurante también es destacable en la cena, aunque esta zona de Tulum se caracteriza por fuertes vientos durante la noche y es preferible comer aquí durante el día (seguido de una siesta en la playa). Para aquellos que buscan un centro de operaciones en esta parte tranquila de la ciudad, cabe recordar que Mezzanine es también un hotel.

Posada Margherita

Esta joya italiana rústica no es ningún secreto para los visitantes asiduos de la ciudad, pero eso no la hace menos atractiva. El menú conciso ofrece pastas caseras, verduras frescas y charcutería, y el patio encalado es básicamente una invitación a pasar horas bebiendo vino.

Los propietarios, una joven pareja italiana, también tienen una elegante boutique que es un gran lugar para proveerse de joyería artesanal o diseños con estilo. Asimismo, como su nombre indica, Posada Margarita es también un bonito hotel.

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